La Sociología y la Medicina tienen una relación vital.
Cualquier campo de la medicina, está en interacción sistemática con el objeto
de estudio de la Sociología. El problema radica, en que pocos sociólogos han
visualizado su campo de estudio o por ausencia de los mismos han tomado ese rol
profesionales de otros campos de estudio.
La interacción social como objeto de estudio de la
Sociología, está presente en la interacción cotidiana de los pacientes, de los
pacientes con el médico, de los médicos, de los pacientes con las autoridades
de la salud, de los médicos con las autoridades de salud, de los familiares del
paciente, de los familiares del médico. Todas estas interacciones forman parte
de esta realidad y tienen sus implicancias en la salud. En la interacción
constante empieza a tejerse lo que el Sociólogo Edgar Morin llama un complexus
(tejido) o lo que Ginsberg llamaba la “urdimbre tejida de interacciones”. En
este proceso sistémico, complejo de las interacciones en los campos de la
medicina, surge la preocupación no solo por la interacción médico- paciente,
sino que va más allá y se preocupa por la implicancia de ese tejido de
interacciones sobre la salud y la enfermedad.
Por un lado la Sociología Médica aplicada directamente a
esa relación médico paciente determina que la relación en la mayoría de
sociedades es de confianza ciega por parte del paciente (confío en el diagnóstico,
en el tratamiento, me someto a usted porque usted es el especialista) y la
decepción con la práctica médica (empezando por el mal trato, el tipo de
servicio en relación con la condición económica, prolongación del tiempo de
espera, etc.). La Sociología Médica (término utilizado por primera vez en el
año 1902 por Leartus Connor en Norteamérica y Elizabeth Blackwelen en
Inglaterra) viene desarrollando su papel en diversos escenarios de América
Latina con pasos muy lentos.
El rol del sociólogo no se limita solo a ese tipo de
interacción sino que visualiza más allá, de ahí que es vital establecer un
examen exhaustivo de nuestro objeto de estudio para sus aplicaciones prácticas,
tal como lo hizo Durkheim en la era industrial con el suicidio, como lo hizo Marx
y Engels con las condiciones sociales de vida. Por un lado Durkheim, creía que
el suicidio responde a un tejido interactivo (demostró las implicancias de la
sociedad), por otro lado Marx determinó que las enfermedades dependen de la
condición de vida, así la tuberculosis y las enfermedades pulmonares eran
originadas por las condiciones en las que se trabajaba en la fabricas (cosa
existente hasta ahora), siguiendo la misma línea Engels determinó que la
viruela, la rubéola y la tos convulsiva se generaba a partir del abandono del
individuo.

Hoy en día la Sociología tiene mucho más trabajo que antes,
especialmente en el campo de la salud, en tanto asistimos a una sociedad cada
vez más veloz, más compleja y con mayores adelantos científicos (uso de equipos
más pequeños en fracción de segundos), vivimos una época líquida como dice
Bauman o un tiempo de locuras entre “la extensionalidad y la intencionalidad”
en palabras de Giddens. La sociedad de hoy enfrenta problemas de estrés
permanente, tensión, escasa comunicación, limitados control de emociones,
aumento de las enfermedades venéreas, incremento de las enfermedades asociadas
a la obesidad y al cuidado de la figura corporal. La sociedad se muestra más
convulsiva y compulsiva, los fenómenos y procesos demandan de un Sociólogo
mejor preparado en las relaciones de poder en cuanto al acceso de salud, en la
estructura social en cada uno de los espacios específicos en relación con el
escenario global, en la función de cada uno de los actores en esta interacción
constante para mejorar la salud, en la calidad de vida de cada actor social en
el contexto en el que se desenvuelve, la actividad que realiza, las
interacciones que establece día a día en esa actividad y la implicancia que
tiene en su salud, la esperanza de vida en relación al contexto (urbano, rural,
urbano-marginal, indígena), status, poder económico, entre tantos otros.
La Sociología en ese sentido no solo cumple la función de
la enseñanza de elementos culturales y reales en algunos campos de la medicina
como (Tecnología Médica, Enfermería, Obstetricia), tampoco estudia solo la
interacción médico- paciente; sino que va más allá. El sociólogo tiene en sus
manos elaborar adecuadamente el diagnóstico y el pronóstico de las
interacciones humanas con respecto a la salud y a la enfermedad en cada uno de
los contextos (por medio de investigaciones, publicaciones en red, en libros,
audiolibros, blogs, videos, documentales, pintura, dibujo, programas de radio,
televisión, periódicos, conferencias). Es momento de retomar el rumbo de la
ciencia y profesión. A pesar de la débil formación todos los sociólogos somos
científicos sociales. La sociedad del conocimiento, exige el rol del Sociólogo
para tomar las decisiones pertinentes en las políticas públicas, para apoyar los
proceso de innovación utilizando los recursos propios de cada lugar, para
orientar las prácticas sociales de los médicos, para ordenar las interacciones
de la sociedad y para establecer el rumbo adecuado de la ciencia de las
interacciones humanas.


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