La
realidad es una construcción social, según Peter Berger y Thomas Luckmann. Cómo
tal el rol del Sociólogo debe ser articular la teoría con la práctica, mediando
entre la tarea del filósofo y la de la gente común. Por un lado el filósofo es
demasiado exquisito sobre la existencia y se pregunta constantemente sobre la
realidad: ¿Qué es? ¿Cómo se aborda?; mientras que la gente común vive todos los
días sin preguntarse nada (a no ser que tengan algún problema). El sociólogo
entonces debe verificar hasta qué punto esas reflexiones reflejan la realidad,
en qué medida se han modificado algunos conceptos para ciertos grupos sociales.
El sociólogo no tiene por qué detenerse a valorar la realidad (si es cierta o
es falsa) al contrario debe recoger las cosas tal como son. De ahí que Pierre
Bourdieu diga que el sociólogo debe poner al descubierto las cosas más ocultas,
aunque eso incomode a la gente.
Las
reflexiones de Peter Berger y Thomas Luckmann expresan también que el Sociólogo
debe empezar a mirar las cosas de manera sistemática, de tal modo que todos los
conceptos que encuentre se basen en la realidad y contribuyan a mejorar
sustancialmente los problemas que hay en ella. En este contexto señalan a Marx
como uno de los grandes pensadores de las ciencias sociales al afirmar que los
filósofos no han hecho más que interpretar la realidad. La Dialéctica Marxista
propone la lógica de la estructura (infraestructura) y superestructura. La
estructura no es más que el conjunto de actividades diarias del hombre
(enseñanza, construcción de obras, garruchero de bananas, cultivador de hojas
de estevia, trabajador de Gandules o Cerro Prieto, Ganadero de Puerto Ciruelo
en Cajamarca) y las relaciones sociales que en ella se produce, en consecuencia
la estructura está conformada por el ser social.
Por
otro lado la superestructura está marcada por la conciencia social y ésta
responde a la ideología (ideas que sirven de arma a los intereses) y a la falsa
conciencia (alejamiento de la realidad). Estas ideas encarnan una buena
descripción del rol del Sociólogo en América Latina. El rol que le corresponde
no es precisamente la de estar en favor o en contra de una ideología política
(sin embargo en la mayoría de los casos lo están) y se ciegan tanto que no son
capaces de mirar más allá de su entorno familiar, local, regional o nacional.
En el segundo caso están los sociólogos que se desinteresan de la realidad
social y se dedican a producir, reproducir conocimientos, técnicas o
simplemente cumplen un rol de mediador entre los intereses del gobierno o de
una ONG y los “intereses del pueblo”.
Pero
esto no es nuevo, ya Aníbal Quijano Obregon en Imagen y Tareas el Sociólogo en
la Sociedad Peruana, advertía que la Sociología producía una imagen
distorsionada de la realidad, debido al débil y vacilante cultivo del mismo en
las aulas universitarias. Afirmaba que
las primeras enseñanzas se basaban en especulaciones sin ningún intento de
utilización del instrumental teórico y
metodológico. Hasta ahora esto es una realidad que se puede percibir en las
diversas universidades de América Latina, producto de esa débil formación es
que en Chile, vienen aplicando el Milagro Irlandés, descrito por Andrés
Oppenheimer en Cuentos Chinos, más técnicos, menos sociólogos. Las políticas de
privar de examen de admisión a la Universidad de Bio Bio y otras, muestra un
problema muy grave para las ciencias sociales en esta parte del Continente.
Pero
al parecer no es un problema que responde solo a América Latina, sino que es un
problema heredado de la Sociología que se cultiva en Europa y en América del
Norte (Estados Unidos), según el Sociólogo Liping Sun (profesor de Sociología
en la Universidad de Tsinghua, en Beijing), el problema es que América Latina
ha heredado de Europa la valoración de la ciencia y la transmite de generación
en generación. Es por ello que en las aulas siempre se empieza por la discusión
teórica de lo que es el sociólogo, la sociología como ciencia, sus métodos, su
validez pero a nivel de trabajos aplicados a la sociedad industrial pero no a la
sociedad del conocimiento. También heredamos de Estados Unidos la acumulación
de conocimientos (más teorías, más debates, más discusión sin investigación).
China
decidió alejarse de ello y está cultivando la Sociología basada en la realidad
social, en los problemas, en las actividades diarias. Esto le ha dado ventajas
competitivas porque asi articulan la teoría y la práctica, con lo cual influyen
en el gobierno, en la sociedad y en la ciencia. Por un lado la mayoría de
políticas sociales se basan en las investigaciones que los sociólogos han
concluido exitosamente, de ese modo cada política responde a la realidad de
manera concreta, inclusiva e innovadora. El poder del Sociólogo se vuelve
imprescindible para los actores sociales e influyen en ellos haciéndoles
entender los nuevos conceptos creados con su participación. Y finalmente
influyen sobre la ciencia social aportando ideas nuevas, contrastando los
mandatos teóricos y metodologías tradicionales a través de diversos medios
académicos (conferencias, revistas, libros, programas de radio y televisión,
blogs).
Las tareas están claras, es momento de
proyectar la máxima cantidad de imaginación para reformar la Sociología en
América Latina y tratar de acercarla a cada espacio de la sociedad a fin de
empoderar la sociedad, influir en las decisiones del Estado y retomar el rol
vital de la Sociología en la conducción del progreso social.
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