jueves, 21 de abril de 2016

Repensar la Sociología en América Latina

La realidad es una construcción social, según Peter Berger y Thomas Luckmann. Cómo tal el rol del Sociólogo debe ser articular la teoría con la práctica, mediando entre la tarea del filósofo y la de la gente común. Por un lado el filósofo es demasiado exquisito sobre la existencia y se pregunta constantemente sobre la realidad: ¿Qué es? ¿Cómo se aborda?; mientras que la gente común vive todos los días sin preguntarse nada (a no ser que tengan algún problema). El sociólogo entonces debe verificar hasta qué punto esas reflexiones reflejan la realidad, en qué medida se han modificado algunos conceptos para ciertos grupos sociales. El sociólogo no tiene por qué detenerse a valorar la realidad (si es cierta o es falsa) al contrario debe recoger las cosas tal como son. De ahí que Pierre Bourdieu diga que el sociólogo debe poner al descubierto las cosas más ocultas, aunque eso incomode a la gente.
Las reflexiones de Peter Berger y Thomas Luckmann expresan también que el Sociólogo debe empezar a mirar las cosas de manera sistemática, de tal modo que todos los conceptos que encuentre se basen en la realidad y contribuyan a mejorar sustancialmente los problemas que hay en ella. En este contexto señalan a Marx como uno de los grandes pensadores de las ciencias sociales al afirmar que los filósofos no han hecho más que interpretar la realidad. La Dialéctica Marxista propone la lógica de la estructura (infraestructura) y superestructura. La estructura no es más que el conjunto de actividades diarias del hombre (enseñanza, construcción de obras, garruchero de bananas, cultivador de hojas de estevia, trabajador de Gandules o Cerro Prieto, Ganadero de Puerto Ciruelo en Cajamarca) y las relaciones sociales que en ella se produce, en consecuencia la estructura está conformada por el ser social.
Por otro lado la superestructura está marcada por la conciencia social y ésta responde a la ideología (ideas que sirven de arma a los intereses) y a la falsa conciencia (alejamiento de la realidad). Estas ideas encarnan una buena descripción del rol del Sociólogo en América Latina. El rol que le corresponde no es precisamente la de estar en favor o en contra de una ideología política (sin embargo en la mayoría de los casos lo están) y se ciegan tanto que no son capaces de mirar más allá de su entorno familiar, local, regional o nacional. En el segundo caso están los sociólogos que se desinteresan de la realidad social y se dedican a producir, reproducir conocimientos, técnicas o simplemente cumplen un rol de mediador entre los intereses del gobierno o de una ONG y los “intereses del pueblo”.
Pero esto no es nuevo, ya Aníbal Quijano Obregon en Imagen y Tareas el Sociólogo en la Sociedad Peruana, advertía que la Sociología producía una imagen distorsionada de la realidad, debido al débil y vacilante cultivo del mismo en las aulas universitarias.  Afirmaba que las primeras enseñanzas se basaban en especulaciones sin ningún intento de utilización del instrumental   teórico y metodológico. Hasta ahora esto es una realidad que se puede percibir en las diversas universidades de América Latina, producto de esa débil formación es que en Chile, vienen aplicando el Milagro Irlandés, descrito por Andrés Oppenheimer en Cuentos Chinos, más técnicos, menos sociólogos. Las políticas de privar de examen de admisión a la Universidad de Bio Bio y otras, muestra un problema muy grave para las ciencias sociales en esta parte del Continente.
Pero al parecer no es un problema que responde solo a América Latina, sino que es un problema heredado de la Sociología que se cultiva en Europa y en América del Norte (Estados Unidos), según el Sociólogo Liping Sun (profesor de Sociología en la Universidad de Tsinghua, en Beijing), el problema es que América Latina ha heredado de Europa la valoración de la ciencia y la transmite de generación en generación. Es por ello que en las aulas siempre se empieza por la discusión teórica de lo que es el sociólogo, la sociología como ciencia, sus métodos, su validez pero a nivel de trabajos aplicados a la sociedad industrial pero no a la sociedad del conocimiento. También heredamos de Estados Unidos la acumulación de conocimientos (más teorías, más debates, más discusión sin investigación).
China decidió alejarse de ello y está cultivando la Sociología basada en la realidad social, en los problemas, en las actividades diarias. Esto le ha dado ventajas competitivas porque asi articulan la teoría y la práctica, con lo cual influyen en el gobierno, en la sociedad y en la ciencia. Por un lado la mayoría de políticas sociales se basan en las investigaciones que los sociólogos han concluido exitosamente, de ese modo cada política responde a la realidad de manera concreta, inclusiva e innovadora. El poder del Sociólogo se vuelve imprescindible para los actores sociales e influyen en ellos haciéndoles entender los nuevos conceptos creados con su participación. Y finalmente influyen sobre la ciencia social aportando ideas nuevas, contrastando los mandatos teóricos y metodologías tradicionales a través de diversos medios académicos (conferencias, revistas, libros, programas de radio y televisión, blogs).

 Las tareas están claras, es momento de proyectar la máxima cantidad de imaginación para reformar la Sociología en América Latina y tratar de acercarla a cada espacio de la sociedad a fin de empoderar la sociedad, influir en las decisiones del Estado y retomar el rol vital de la Sociología en la conducción del progreso social. 

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