Penachí
es uno de los pueblos que mejor practicó la convivencia con los otros pueblos a
lo largo de su existencia. Penachí desde sus orígenes ha sabido convivir con
las grandes culturas del Perú. Esta gran etnia se inicia paralelo a las grandes
culturas como Chavín y coexisten armónicamente con los Moche, Wari, Chimú, Sicán. Convive con ellas y recoge ciertos elementos
culturales, sociales y organizacionales. Según los documentos históricos PENACHÍ
surge en el año 800 a.J.C.
Fotografías comparativas entre petroglifos de Penachí, Chavín y Wari
Antes
de la llegada de Jesucristo, Penachí ya era una cultura que se desarrolla en el
norte de lo que hoy es el Perú. Con los chavines convivieron en muchos aspectos
y desarrollaron una organización social estable, armónica, solidaria. Los
Penachís desplegaron sus propias manifestaciones culturales, los vestigios grabados
en piedra son muestra de esa existencia. Penachí a posteriori fue considerado
como “grupos guerreros”, pero también serían traducidos como los “que son
curanderos”.
Penachí,
nombre impuesto, equivocadamente por los españoles, proviene de pinachij, una
palabra compuesta en el quechua y aymara, ésta tiene la raíz pi=pin= quien o
quienes y achij= curanderos. No hay nada insignificante en ello, porque
precisamente por años han mantenido las prácticas de curanderismo y hasta hoy
persiste esta práctica en cualquier ciudadano común de Penachí, Incahuasi, Cañaris, Salas, Colaya,
La Ramada, Kerguer y otros lugares.
Penachí
como tal intercambió un conjunto de saberes con los chavines, quienes se expedían
rápidamente llegando hasta Cajamarca; no obstante los Penachís habrían
resistido a ello y habrían optado por cohabitar respetando y haciendo que se
respeten las expresiones culturales. Penachí, para entonces, ya tenía dominio
de grandes espacios geográficos. De los Chavines aprendieron a grabar sus piedras,
lo hicieron con marcadas diferencias.
Con la
sociedad Moche la convivencia se vuelve mucho más armónica y rica, pues en ese
período del siglo I y siglo VIII, después de Jesucristo los Penachís perfeccionaron
sus tejidos (labrados, tintes, colores naturales, uso de algodón). Los Penachís
antes de Jesucristo probablemente pintaban sus tejidos con frutos de Antanca.
La antanca es uno de los árboles propios de los andes, el cual es utilizado
hasta ahora de manera esporádica por algunos pobladores para pintar los
tejidos, la lana blanca y otros. El fruto del antanca es aprovechado y la
pintura es indeleble. A ello se sumaba también la pintura naranja que brinda el
shampo y otros árboles que poco a poco se van extinguiendo. La relación armónica
con los moches se basaba en el intercambio de agua por algodón. De este modo
los pueblos moches como Morrup o Morrope y Jayanca daban a los penachís algodón
para sus tejidos y ellos a cambio les brindaban el agua de los ríos que se
ubican en las cumbres de Cañaris, Incahuasi, Penachí y Colaya.
Más
adelante conviven con los Wari, por tener cercanía y un dominio exclusivo hasta
Huiracochapampa (Huamachuco, La Libertad); mientras que los Penachís tenían
influencia hasta Ferreñafe. En el año 700 y 1100 d. J.C los Penachís, ya serían
reconocidos como PENACHIJ por el arte de curar. Con los Wari probablemente
intercambiaron algunos rituales de curanderismo, al igual que lo hicieron con
los miembros de las tribus de Huarmaca, Huancabamba y Guambos. En Conchapata,
Ayacucho, lugar de influencia Wari se practica aún los rituales de curanderismo
en base a los alucinógenos como el san Pedro.
Con
los Chimús la relación es mucho más sólida a pesar que, estos últimos, en el año
1370, conquistan Jayanca. La relación con Jayanca se vuelve más dinámica y
Penachí a través de ese pueblo empieza a convivir con la Gran Cultura Chimú.
Los Penachís mantenían esa relación estratégica de intercambio de productos por
el agua. Este intercambio se va a mantener a lo largo de los años.
La
Relación con la Cultura Sicán y Sipán es una relación más bien de protección y
defensa hacia los aliados. En los años de formación de Sicán, los Penachís
serían los mejores aliados de esta cultura de habla Muchick. Pues en ese
contexto los Penachís, dueños de algunas tierras de Ferreñafe y Jayanca se
convierten en aguerridos defensores de las riquezas que hay en esas tierras. Es
probable que el Señor de SICÁN tuviera conversaciones cotidianas y una gran amistad
con el Señor de los PENACHÍS, porque los Penachís defendían asiduamente a la
cultura Sicán. Penachí se convierte en un defensor de Sicán ante la invasión
indígena.
Cuando
los incas del Cuzco quieren extender su imperio hacia las tierras de Sicán y Sipán,
los Penachís emprenden duras batallas en su defensa. Las Grandes Luchas se dan
especialmente en las gestiones de expansión más grande del IMPERIO INCAICO. La
primera lucha fue contra PACHACUTEC, en defensa de los chimú, sus aliados
anteriores. Después la lucha se da contra Topa Ingayupangui. Las luchas de los
Penachís contra Topa Ingayupangui serían
en las pampas de Jayanca. La sólida alianza llevó a los penachís a luchar en
favor de los Chimú, sin embargo el cacique de Jayanca fue detenido y llevado al
Cuzco; algunos capitanes enviados por el Gran Señor de los Penachís, también fueron
asesinados por la furia de los Incas del Cuzco.
La Tercera
Guerra de los Penachís contra los indígenas del Cuzco es contra Huayna Cápac. El
escenario de la nueva lucha es FERREÑAFE. Los indígenas de Penachí,
distribuidos y desmembrados luego en Cañaris, Incahuasi, Salas, parte alta de
Motúpe, Jayanca y Ferreñafe, Chóchope y otros habrían salido al frente de los
indígenas del cuzco para defender las tierras, el oro, la plata de Ferreñafe.
Según Cabello de Balboa el Inca se hospedó en Tambo Real (Batangrande); pero la
resistencia de los naturales de Penachí, comandados por el Señor de Penachí impidió
que los incas profanaran sus tumbas y se llevaran sus tesoros. Años más
tarde, en uno de los escenarios de lucha
se fundó el pueblo de Firruñaf, lo que hoy es FERREÑAFE.
Penachí,
etnia pura sobrevivió todos los avatares de la historia del Perú con luchas y
contraluchas; con ausencias y persistencias; con entusiasmo y desesperación;
con energía y reducción; con
minimizaciones y ensalzamientos. Ha sobrevivido, esta GRAN CULTURA por muchos
siglos unidos bajo un solo puño. Los españoles le hicieron el daño más grande
al partirlos en Cañaris, Incawasi, Salas; luego en Chóchope y otros pueblos.
Sin embargo aún siguen vigentes sus rasgos culturales (vestimenta, costumbres,
mitos, leyendas, festividades, tradiciones) y sus vestigios materiales
(petroglifos, cavernas, tumbas).
Penachí
ha alumbrado cuatro distritos en el Departamento de Lambayeque. Penachí es la
matriz histórica, cultural, costumbrista, étnica, social y organizacional de Cañarís,
Incawasi, Salas y posteriormente de Chóchope. Dos de sus ramas culturales
radican en la Provincia de Ferreñafe y dos en la Provincia de Lambayeque.