sábado, 2 de julio de 2016

PENACHÍ PRE-INCAICO

Penachí es uno de los pueblos que mejor practicó la convivencia con los otros pueblos a lo largo de su existencia. Penachí desde sus orígenes ha sabido convivir con las grandes culturas del Perú. Esta gran etnia se inicia paralelo a las grandes culturas como Chavín y coexisten armónicamente con los Moche, Wari, Chimú, Sicán.  Convive con ellas y recoge ciertos elementos culturales, sociales y organizacionales. Según los documentos históricos PENACHÍ surge en el año 800 a.J.C.


 Fotografías comparativas entre petroglifos de Penachí, Chavín y Wari 


Antes de la llegada de Jesucristo, Penachí ya era una cultura que se desarrolla en el norte de lo que hoy es el Perú. Con los chavines convivieron en muchos aspectos y desarrollaron una organización social estable, armónica, solidaria. Los Penachís desplegaron sus propias manifestaciones culturales, los vestigios grabados en piedra son muestra de esa existencia. Penachí a posteriori fue considerado como “grupos guerreros”, pero también serían traducidos como los “que son curanderos”.

Penachí, nombre impuesto, equivocadamente por los españoles, proviene de pinachij, una palabra compuesta en el quechua y aymara, ésta tiene la raíz pi=pin= quien o quienes y achij= curanderos. No hay nada insignificante en ello, porque precisamente por años han mantenido las prácticas de curanderismo y hasta hoy persiste esta práctica en cualquier ciudadano común de  Penachí, Incahuasi, Cañaris, Salas, Colaya, La Ramada, Kerguer y otros lugares.

Penachí como tal intercambió un conjunto de saberes con los chavines, quienes se expedían rápidamente llegando hasta Cajamarca; no obstante los Penachís habrían resistido a ello y habrían optado por cohabitar respetando y haciendo que se respeten las expresiones culturales. Penachí, para entonces, ya tenía dominio de grandes espacios geográficos. De los Chavines aprendieron a grabar sus piedras, lo hicieron con marcadas diferencias.

Con la sociedad Moche la convivencia se vuelve mucho más armónica y rica, pues en ese período del siglo I y siglo VIII, después de Jesucristo los Penachís perfeccionaron sus tejidos (labrados, tintes, colores naturales, uso de algodón). Los Penachís antes de Jesucristo probablemente pintaban sus tejidos con frutos de Antanca. La antanca es uno de los árboles propios de los andes, el cual es utilizado hasta ahora de manera esporádica por algunos pobladores para pintar los tejidos, la lana blanca y otros. El fruto del antanca es aprovechado y la pintura es indeleble. A ello se sumaba también la pintura naranja que brinda el shampo y otros árboles que poco a poco se van extinguiendo. La relación armónica con los moches se basaba en el intercambio de agua por algodón. De este modo los pueblos moches como Morrup o Morrope y Jayanca daban a los penachís algodón para sus tejidos y ellos a cambio les brindaban el agua de los ríos que se ubican en las cumbres de Cañaris, Incahuasi, Penachí y Colaya.

Más adelante conviven con los Wari, por tener cercanía y un dominio exclusivo hasta Huiracochapampa (Huamachuco, La Libertad); mientras que los Penachís tenían influencia hasta Ferreñafe. En el año 700 y 1100 d. J.C los Penachís, ya serían reconocidos como PENACHIJ por el arte de curar. Con los Wari probablemente intercambiaron algunos rituales de curanderismo, al igual que lo hicieron con los miembros de las tribus de Huarmaca, Huancabamba y Guambos. En Conchapata, Ayacucho, lugar de influencia Wari se practica aún los rituales de curanderismo en base a los alucinógenos como el san Pedro.

Con los Chimús la relación es mucho más sólida a pesar que, estos últimos, en el año 1370, conquistan Jayanca. La relación con Jayanca se vuelve más dinámica y Penachí a través de ese pueblo empieza a convivir con la Gran Cultura Chimú. Los Penachís mantenían esa relación estratégica de intercambio de productos por el agua. Este intercambio se va a mantener a lo largo de los años.

La Relación con la Cultura Sicán y Sipán es una relación más bien de protección y defensa hacia los aliados. En los años de formación de Sicán, los Penachís serían los mejores aliados de esta cultura de habla Muchick. Pues en ese contexto los Penachís, dueños de algunas tierras de Ferreñafe y Jayanca se convierten en aguerridos defensores de las riquezas que hay en esas tierras. Es probable que el Señor de SICÁN tuviera conversaciones cotidianas y una gran amistad con el Señor de los PENACHÍS, porque los Penachís defendían asiduamente a la cultura Sicán. Penachí se convierte en un defensor de Sicán ante la invasión indígena.

Cuando los incas del Cuzco quieren extender su imperio hacia las tierras de Sicán y Sipán, los Penachís emprenden duras batallas en su defensa. Las Grandes Luchas se dan especialmente en las gestiones de expansión más grande del IMPERIO INCAICO. La primera lucha fue contra PACHACUTEC, en defensa de los chimú, sus aliados anteriores. Después la lucha se da contra Topa Ingayupangui. Las luchas de los Penachís contra Topa Ingayupangui  serían en las pampas de Jayanca. La sólida alianza llevó a los penachís a luchar en favor de los Chimú, sin embargo el cacique de Jayanca fue detenido y llevado al Cuzco; algunos capitanes enviados por el Gran Señor de los Penachís, también fueron asesinados por la furia de los Incas del Cuzco.

La Tercera Guerra de los Penachís contra los indígenas del Cuzco es contra Huayna Cápac. El escenario de la nueva lucha es FERREÑAFE. Los indígenas de Penachí, distribuidos y desmembrados luego en Cañaris, Incahuasi, Salas, parte alta de Motúpe, Jayanca y Ferreñafe, Chóchope y otros habrían salido al frente de los indígenas del cuzco para defender las tierras, el oro, la plata de Ferreñafe. Según Cabello de Balboa el Inca se hospedó en Tambo Real (Batangrande); pero la resistencia de los naturales de Penachí, comandados por el Señor de Penachí impidió que los incas profanaran sus tumbas y se llevaran sus tesoros. Años más tarde,  en uno de los escenarios de lucha se fundó el pueblo de Firruñaf, lo que hoy es FERREÑAFE.












Penachí, etnia pura sobrevivió todos los avatares de la historia del Perú con luchas y contraluchas; con ausencias y persistencias; con entusiasmo y desesperación; con energía y  reducción; con minimizaciones y ensalzamientos. Ha sobrevivido, esta GRAN CULTURA por muchos siglos unidos bajo un solo puño. Los españoles le hicieron el daño más grande al partirlos en Cañaris, Incawasi, Salas; luego en Chóchope y otros pueblos. Sin embargo aún siguen vigentes sus rasgos culturales (vestimenta, costumbres, mitos, leyendas, festividades, tradiciones) y sus vestigios materiales (petroglifos, cavernas, tumbas).


Penachí ha alumbrado cuatro distritos en el Departamento de Lambayeque. Penachí es la matriz histórica, cultural, costumbrista, étnica, social y organizacional de Cañarís, Incawasi, Salas y posteriormente de Chóchope. Dos de sus ramas culturales radican en la Provincia de Ferreñafe y dos en la Provincia de Lambayeque. 

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